lunes, 15 de febrero de 2010

Comer con la boca abierta


Ilustración: Alfredo Cáceres

Texto: Francisco Ibáñez


Nunca entendió que comer con la boca abierta fuese mal visto. ¿Qué diferencia había entre la comida en el plato y en la boca? ¿Por qué podían los alimentos estar a la vista de todo el mundo en el uno, pero debían permanecer ocultos en la otra? De trabajo en trabajo, errante laboralmente, en todas partes fue mal mirado. Pero cuando se atragantó, ese fatídico día en el casino de la empresa, la falta de oxígeno lo iluminó. Mientras perdía el conocimiento, Jorge tuvo claro que el problema no era la comida. Lo criticaban por envidia. Masticando con la boca abierta, su premolar izquierdo de oro brillaba ante los demás. Fue lo último que pensó antes de morir asfixiado.

lunes, 18 de enero de 2010

Espiar a la vecina


Ilustración: María José Puyol

Texto: Isidora Cousiño


Gabino vivía solo, muy solo. El departamento le daba una escasa panorámica: su ventana daba a otra, de momento deshabitada; pasaron seis meses antes de que ella, esa colorina de corte revoltoso, llegara. Cada mañana la veía paseándose en toalla luego de su ducha. No podía quitarle los ojos de encima. La veía cuando se cambiaba de ropa, cuando cantaba. Adoraba verla mirarse al espejo con actitud resignada, y su día se iluminaba al imaginar conversaciones en su habitación. Quería invitarla a salir. Quería conocerla, verla hacer todo eso frente a él. Pero no pasó mucho tiempo hasta que llevó compañía. A Gabino no le quedó más que cerrar su cortina; no quería mirarla. Lamentablemente no pudo dejar de escucharla.